Por MSc. Ever Uzcátegui
Bienvenidos amigas y amigos lectores de este blog. En esta oportunidad, asumimos el desarrollo de algunas notas sobre la Autoconciencia y la Asertividad, como una manera de coadyuvar, por solicitud de los interesados, en el estudio que llevan a cabo varios alumnos en una cátedra dedicada a la Orientación. Así como, para todos aquellos que, por intermedio de esta publicación siguen la compilación de nuestros contenidos. En tal sentido, La Autoconciencia es la es la conciencia de sí mismo, o conciencia de tener conciencia. En el listado de las emociones, muchas de ellas parten de la autoconciencia, de la introspección o del autoconocimiento. La autoconciencia tiene mucha similitud con el sentido común, ya que ambos parten de unificar los aportes de los diversos sentidos fisiológicos.
Los especialistas en la materia definen la Autoconciencia como la autoimagen unitaria del sujeto, pero no únicamente del individuo, sino de un conjunto de relaciones, contradicciones, aspectos y contenidos en una totalidad parcial, expresada en un sistema de juicios y proposiciones. El individuo expresa esa totalidad y a la vez es parte de ella. Asumiendo que en ese proceso hay varios momentos y en cada momento diversos aspectos. La autoconciencia es conciencia desplegada de sí mismo y sobre si mismo, es por tanto, también autoentendimento. Visto de esta manera, la autoconciencia significa tener un profundo entendimiento de nuestras emociones, fortalezas, debilidades, necesidades e impulsos. Las personas con una fuerte autoconciencia no son demasiado críticas ni tampoco tienen esperanzas irreales. Más bien, son honestos consigo mismas y con los demás. Aquellos con un alto grado de autoconciencia reconocen cómo sus sentimientos los afectan a sí mismos, a otras personas y al desempeño en el trabajo.
Así, una persona autoconsciente, por ejemplo, que sabe que las fechas límite despiertan lo peor de sí misma, planea su tiempo cuidadosamente y realiza su trabajo con anticipación. Una persona con un alto nivel de autoconciencia será capaz de trabajar junto con otra de un muy exigente o frustrada. Entenderá el impacto de ésta en su temperamento y las razones profundas de sus frustraciones. Una persona así entenderá que "las exigencias triviales de los demás nos apartan del verdadero trabajo que debe llevarse a cabo". Irá un paso más adelante y desplazará su furia hacia algo más constructivo. La autoconciencia se extiende al entendimiento que cada persona tiene de sus valores y metas.
Un individuo altamente autoconsciente sabe hacia dónde se dirige y por qué, y por ello es capaz de ser firme a la hora de declinar una oferta de trabajo tentadora en el aspecto financiero que no es acorde con sus principios y metas de largo plazo. La autoconciencia la podemos reconocer cuando ésta se presenta como desprevención y habilidad para evaluarse a sí mismo en forma realista. Las personas con alta autoconciencia son capaces de hablar en forma abierta y precisa, aunque no necesariamente de forma efusiva, acerca de sus emociones y del impacto que éstas tienen en su trabajo. Según información de Obando Morán, La autoconciencia o autoentendimento es un aspecto de la subjetividad y esta subjetividad implica varios planos: 1) lugar del sujeto (distinguiendo lo individual en el sujeto), 2) lugar de la conciencia, 3) de la voluntad, 4) del objeto, 5) del conocimiento, 6) de la razón, 7) de la autoconciencia misma”.
En lo que se refiere a la Asertividad, el término puede definirse como un comportamiento comunicacional maduro en el que la persona, ni arremete, ni se somete a la voluntad de otras personas, sino que expresa sus convicciones y defiende sus derechos. Dicho de otro modo, la asertividad es la que nos permite actuar, pensar y decir lo que uno cree que es lo más apropiado para sí mismo, defendiendo sus derechos, intereses o necesidades sin agredir a nadie, ni permitir ser agredido. Y todo esto se debe efectúa sin ansiedad. La Asertividad no es sinónimo de egoísmo ni de terquedad, sino el derecho de expresar la opinión de uno, aunque sea posible que no se tenga la razón, y respetando los derechos o puntos de vista de los demás. Es una actitud intermedia o neutra entre un comportamiento pasivo o inhibido y otro agresivo al reaccionar con otras personas, que además de reflejarse en el lenguaje hablado se manifiesta en el lenguaje no verbal, como en la postura corporal, en los ademanes o gestos del cuerpo, en la expresión facial, y en la voz. Una persona asertiva suele ser tolerante, acepta los errores, propone soluciones factibles sin ira, se encuentra segura de sí misma y frena pacíficamente a las personas que les atacan verbalmente. La asertividad impide que seamos manipulados por los demás en cualquier aspecto y es un factor decisivo en la conservación y el aumento de nuestra autoestima, además de valorar y respetar a los demás recíprocamente. La asertividad es una de las habilidades sociales que puede ser enseñada por psicoterapeutas y expertos en desarrollo personal, y también es el tema central de muchos libros de autoayuda. Está enlazada con la autoestima (que abarcaremos en un próxima entrega) y se considerada como una importante habilidad social de comunicación. Algunas otras definiciones que nos ilustran, algo más, la asertividad son las siguientes:
· Es la capacidad de expresar tus sentimientos, ideas y opiniones, de manera libre, clara y sencilla, comunicándolos en el momento justo y a la persona indicada.
· Es tener la capacidad necesaria para desenvolverse eficazmente en un medio social y laboral.
· La asertividad es una cualidad que debemos tener todos los seres humanos, ya que ser asertivo es: Actuar y decir lo que pensamos, en el momento y lugar adecuados, con franqueza y sinceridad, esto nos evitaría muchos dolores de cabeza
· Es un estado emocional que propicia una conducta positiva
· Asertividad es respetarse a si mismo, respetar a los demás Ser directo, honesto y apropiado. Mantener el equilibrio emocional. Saber decir y saber escuchar. Ser muy positivo y usar correctamente el lenguaje no verbal.
LA FRASE: “Son derechos del hombre; la libertad, la seguridad, la propiedad y la igualdad. La felicidad general, que es el objeto de la sociedad, consiste en el perfecto goce de estos derechos”. Simón Bolívar
Hasta pronto y que Dios continué, por siempre, entre nosotros…..